Te amo, te devoro



Aunque la directora Julie Ducournau se presentó en su debut en Cannes con Raw, y tiempo después gana la Palma de Oro con Titane, no logra lo que sí hizo Luca Guadagnino: romance y terror, amor y canibalismo. ¿Acaso no se suele decir "amar hasta los huesos"?

Y Guadagnino logra una road movie romántica del Oeste salpicada de terror con dos talentos en ascenso, Taylor Rusell y Timothee Chalamet como jóvenes inadaptados dejándose llevar por lo que les depare el destino y lo que el resto de la humanidad les deje devorar.

Está ambientada en los ochenta de Reagan (de otra manera la historia sería imposible con la tecnología disponible en la actualidad), donde recorriendo territorio americano ves a los protagonistas compartiendo la pobreza, la falta de vivienda, de oportunidades. El reflejo de la juventud sin miras de superación por pertenecer a determinada clase social y encima caníbales.

Conocemos de que va Maren cuando en un encuentro de amigas se come el dedo de una de ellas y debe escapar con su padre de la ciudad. De esa manera empieza el periplo de Maren. El padre la abandona dejándole un casette donde narra por todo lo que ha tenido que pasar con una hija como ella, así que decide ir en busca de su madre teniendo como dato sólo su partida de nacimiento.

Antes de conocer al joven Lee, tiene un encuentro con un "comedor" viejo y espeluznante llamado Sully, caracterizado por el genial Mark Rylance. Éste le enseña formas de sobrevivir y también algunas normas morales como que los comedores se huelen y se reconocen entre sí, tienen prohibido comerse entre ellos y no se mata, el olfato también les indica cuando a una presa no les queda mucho de vida. Pero la propia Maren siente que algo no está bien con ese nuevo amigo y vuelve a escapar. Hasta que se encuentra con Lee, que no tiene normas morales, que también tiene una historia de vida de desamparo y poco a poco mientras el espectador va entrando al gore, también lo va haciendo en una historia de amor.

Una historia de amor que está destinada al fracaso, porque aunque intentes escapar de tu destino y de tu condición, es imposible. Una historia que te entretiene, te hace reflexionar y que te conmueve. Simplemente somos testigos de dos jóvenes viajando en su Chevy azul a través del oeste americano, con la banda sonora espectacular de Trent Reznor y Atticus Ross (responsables de las de "The social network" y "Empire of light" entre otras), mientras aman, desean y devoran... hasta los huesos.


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