El precio de la segunda oportunidad

 


Este director Sean Baker me hace flipear. Recién voy viendo tres de sus películas, esta es la última. Comencé con Tangerine porque me recomendaron que la viera ya que estaba filmada solamente con tres iphones.

La técnica en la narrativa de este realizador me dejó boquiabierta, luego seguí con Starlet y ahora con Red Rocket.


Simon Rex (que no sabía que había estado cancelado por subir videos masturbándose para ganar plata) interpreta a una ex estrella porno caído en desgracia. No quiero espoilear, pero la película arranca con él tirándose de un tren y corriendo en un barrio marginal hacia una casa, que luego te enteras que vive la que sigue siendo su esposa  con su madre después de quince años.


Baker te muestra ese EEUU profundo, la falta de trabajo, de ilusiones de la juventud de esos lugares. Es el EEUU donde nadie rueda películas, donde pareciera que no hay historias. Sin embargo Baker te demuestra lo contrario. Con el protagonista te muestra el típico perdedor, antihéroe que busca una segunda oportunidad. En lugar de un boxeador o cantante, es una antigua estrella porno.

El tipo es muy carismático, entrador, envolvente con sus mentiras. Terminas queriéndolo pero temiendo por su destino, continuamente en el filo del peligro. Y aunque lo ves con actitudes reprochables, te das cuenta que quiere volver al éxito y no importa quien caiga en el camino, terminas angustiándote con él y su futuro.


Lo que más me gusta de esta película como alguien ya lo ha dicho, es que todo lo de Baker me lleva al cine independiente de los noventa, cuando lo importante era la construcción de los personajes y su narrativa. Ahora pareciera que el cine independiente está preocupado en caerle bien a todos. Y no es así.




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