"El pesimismo es un lujo que los judíos no se pueden permitir"


 Golda Meir fue una mujer fascinante, Helen Mirren la interpreta excelentemente pero no hay que olvidar que el director lleva la historia durante el periodo de tiempo que duró la guerra de Yom Kipur en 1973.

Guy Nattiv no quiso hacer una película sobre la guerra ni sobre Golda Meir, Nattiv quiso representar por lo que tuvo que pasar esa mujer en ese periodo.



Hay varias escenas donde la edición ayuda a contar la historia, como cuando el humo del cigarro de Golda (fumadora empedernida), se mezcla con el humo, la niebla, los ruidos y el miedo de la guerra. Momentos oníricos donde el espectador no está seguro si está dentro de una pesadilla de Golda o dentro de un inminente ataque nocturno.
Gracias a la interpretación de la Mirren, se trasmite el dolor físico mientras lucha contra un cáncer que se la termina llevando cinco años después y también el dolor emocional, donde demuestra que cada uno de los soldados en la batalla le importaban.
La interpretación de Liev Schreiber de Kissinger es muy buena pese a su altura (literalmente porque Kissinger era petiso) y la de Camille Cottin que viene de la comedia francesa y sorprende gratamente.



Aunque el director en los créditos finales dice que lo dedica a todas las víctimas de la guerra, el film se centra en la acción israelí y tiene sus razones: iba a ser una película de 80 millones de dólares de presupuesto con extensas y costosas escenas de batalla, pero la pandemia hizo que se convirtiese en la claustrofóbica cinta que muchos critican. El film quedó reducido a largos corredores y "war rooms" pero sumamente efectivos.

Al no tener contexto, la recomendación sería que hay que informarse antes de ver la película y apreciarla, porque, convengamos, no llega en el mejor momento. Hay público que no ha querido verla para que no los tachen de pro israelíes en estos tiempos tan delicados. Así está el mundo, amigos.

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