"¿Jefe, vio usted alguna vez un desastre más esplendoroso?"



Pertenece a las películas que dieron por la televisión cuando era una niña y me marcaron, junto con "Los cuatro jinetes del apocalipsis", "Psicosis" o "El coleccionista".

Al volverla a ver en esta época del mundo y de mi vida, debo reconocer que me dejó con una sonrisa.

La historia es de un joven escritor inglés (Alan Bates) que viaja a Creta de la postguerra, a hacerse cargo de una casa y una mina que heredó de su padre griego. En el camino se encuentra con Zorba (Anthony Quinn) un viejo vividor, vital e irreverente que es el que le enseña al rígido escritor "la vida es problema, sólo la muerte no lo es, por lo tanto hay que sacarse el cinturón y meterse en problemas".



Considero como muchos que es el mejor papel de Quinn junto con "La Strada", tal fue su magnitud que el gobierno griego lo declaró ciudadano ilustre. Pero el papel que me arrobó totalmente fue el de Lila Kedrova, haciendo de Madame Hortense, la dueña de un derruido hotel en la isla. Ese papel le valió el Oscar a mejor actriz de reparto y es que su personificación de una bella dama (con insinuaciones de la prostitución en su pasado) abandonada en algún momento durante la guerra por algún capitán mercante, merece muchos premios en realidad. Vive entre recuerdos, muebles, adornos y vestidos anticuados que la transforman en una dulce niña que sólo desea ser mimada y protegida por el hombrón de Zorba.

Hay momentos muy duros, cuando el "ajusticiamiento" de la joven viuda (espectacular Irene Papas) a manos de un pueblo duro e ignorante. El mismo pueblo que espera con ansiedad la muerte de Madame Hortense para saquear el hotel, dejando el cuerpo en la cama de un dormitorio vaciado salvajemente.

La música de Mikis Theodorakis va mucho más allá que el Sirtaki, el cual fue compuesto especialmente para la película. Cada escena tiene arpegios que acompañan constantemente el devenir de la historia.

Dirigida por Michael Cacoyannis, director chipriota que llevó a la fantástica Irene Papas a lucirse en varias de sus películas con tramas de la tragedia griega, que las tengo en el debe.

No vivimos en libertad, no nos engañemos. Estamos consumidos por esta sociedad pero cuando llegan ráfagas zorbianas (término inventado por mí), nos acordamos para que estamos. Vamos a bailar, a cantar y a reír.


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