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Estoy en falta con Victor Erice, ya que lo único que he visto es "El espíritu de la colmena", la cual me pareció maravillosa, una obra de arte.

Me cuentan que esta película, 50 años después de la mencionada, la realiza Erice con 82 años y encima la presentan en Cannes. Así que hay que verla.

Miguel Garay (Manolo Solo) es un director retirado, y lo llaman de un programa televisivo dedicado a casos no resueltos. Resulta que hace unos 20 años, cuando Miguel dirigia una película, Julio Arenas (José Coronado) famoso actor y su mejor amigo, desaparece en medio del rodaje. La policía lo da por muerto, que cayó al mar, pero el cuerpo nunca apareció. Los responsables del programa deciden realizar una entrevista a Miguel y a partir de ahí, comienza un flujo de encuentros y remociones del pasado.

Antes que nada, es un homenaje al cine y también a la memoria. Qué somos cuando somos, ¿lo importante es lo que lograste con tu vida?¿Lo importante es cómo te has relacionado con el mundo?¿Qué hiciste con las oportunidades que tuviste?

También hay una valoración a los silencios, a la soledad, y el guion con su trama, te lleva a momentos enriquecidos con la actuación de todos. Porque eso hay que decirlo, todos los actores lo hacen en forma brillante. Por supuesto hay que darle el mérito a Manolo Solo, acostumbrada a verlo en papeles secundarios y con esta actuación, me imagino que ya está en la lista de protagónicos.

Otra cosa no menor es la fotografía, Valentín Alvarez, que no he visto nada hasta ahora de él, y el equilibrio que logra entre colores y luces, ayuda a que la cinta en cada cambio de escena, te engancha.

Me ha pasado hasta en películas más vertiginosas, que en medio del diálogo estoy deseando que termine. En este caso, cada diálogo, principalmente los encuentros de Miguel con Max (Mario Pardo), su antiguo editor, es simplemente un placer hasta las voces, sus tonos, y por supuesto lo que dicen. Podría quedarme horas escuchando acerca de la vida, del cine, la vejez. En mi caso sólo "Cinema Paradiso" logró las mismas emociones que "Cerrar los ojos", y lloré.

                                        

Gran despedida de Érice, aunque capaz que termina como Eastwood y cuando crees que ya abandonó, vuelve a las andadas. Quizás la buena recepción que tuvo lo entusiasme. Si no es así, gran despedida.

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