Volveré al negro



En el trigésimo aniversario de la muerte de Kurt Cobain, tuve la oportunidad de ver "Back to Black" la nueva producción de Sam Taylor-Johnson sobre una etapa de la vida de Amy Winehouse, el último miembro del Club de los 27. No creo en las casualidades, menos cuando se tratan de dos personalidades influyentes para muchos mortales, entre los que me incluyo. Así que ¿causalidad?...

La cinta trata sobre sus primeros años como artista en Londres, su meteórico ascenso al estrellato y cómo fue la creación de su icónico álbum de estudio que le da título a la cinta. Entre medio vemos la relación de amor y admiración a su abuela Cinthya Winehouse (Lesley Manville siempre excelente), y cómo su muerte influyó en el estado anímico de Amy quedando devastada y más vulnerable a las drogas, aunque ya venía con problemas de alcoholismo.

Un tema no menor porque se acusó mucho al "amor de su vida" Blake Fielder-Civil (un Jack O'Connell muy bueno que venía de verlo en "Ferrari" como el corredor Peter Collins) de introducirla en el consumo de las drogas "duras". Hace unos meses salió una entrevista donde Blake reconocía sus errores pero también defendiéndose de las acusaciones de las que fue objeto durante mucho tiempo.

La película dedica mucho tiempo a cuáles fueron las circunstancias en las que se encontraba Winehouse mientras hacía "Back to Black", tanto en relación con la muerte de su abuela como su amor por Blake. Es llamativo que es muy benévola con las figuras de los progenitores, siendo que Mitch Winehouse (Eddie Marsan) en su momento se lo presentó como un arribista y ambicioso explotador.

Las actuaciones son todas muy buenas, Marisa Abela se destaca interpretando a la cantante, estuvo bajo un fuerte entrenamiento no sólo para moverse como Amy, sino también con su voz, ya que es ella la que canta. Siempre es impresionante cuando en las biopic de cantantes, el actor que lo representa puede y sabe cantar, como Taron Egerton en "Rocketman", biopic de Elton John.

Sam Taylor-Johnson también supo dedicarse a Elton John pero creo que su apuesta más fuerte fue con "Nowhere boy" sobre la infancia de John Lennon, película con la cual fue ampliamente premiada. 

La música y las perfomances de Marisa Abela logran un combo maravilloso, vamos recorriendo desde el jazz hasta el rhythm and blues y el soul que esta joven judía (maravillosa la escena de toda la familia cantando) del norte de Londres, nos regala como despedida. Me and my head high and my tears dry.

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